"Se pasa el día entero con la cabeza adentro de esos aparatos. No hay manera de sacarlo", me dijo una mamá en el consultorio. Los que tuvimos hijos hace 20 0 30 años, no nos fue difícil criarlos entre el barro, el aire libre y el verde. Mis hijas hasta tenían sus cañas de pescar que llevábamos cuando hacíamos Picnics en el lago de Palermo. Era fácil. En esos tiempos no teníamos en las tiendas Wiis, Plays, MPs, I Pads, I Phones, I nada... Habrá sido culpa de nuestras madres que nosotros nos criamos al aire libre. La mía por lo menos, si llegaba del trabajo y nos veía frente a la televisión los días de sol, se armaba!!! Volábamos al jardín cuando escuchábamos su auto llegar y jugábamos el día entero: rayuela, elástico, Tilenti, Recolección de bichos en tarros, observación de bichos con microscopio, incendio de bichos con el letal efecto combinado de un rayo de sol y una lupa, y tantos otras maneras de encontrar diversión... En cambio, los niños de ahora se crían entre pantallas y aparatos. Gianfranco Zavalloni, maestro e impulsor de la pedagogía de la "Escuela Creativa" nos recuerda que los niños se estar perdiendo de gozar de sus más básicos y maravillosos derechos. Esto son:
1. Derecho a la pereza, a vivir momentos de tiempo no programado por los adultos. 2. Derecho a ensuciarse jugando con arena, tierra, hierba, hojas, agua, piedras, ramas. 3. Derecho a oler, a percibir el sabor de los olores, a reconocer los olores que ofrece la naturaleza. 4. Derecho al diálogo, a ser oyente y ser capaz de hablar y conversar. 5. Derecho al uso de las manos para manejar clavos, aserrar madera, raspar, lijar, pegar, encender un fuego. 6. Derecho de comer alimentos saludables desde el nacimiento, beber agua limpia y respirar aire puro. 7. Derecho a los caminos, a jugar libremente en las calles, a recorrerlas. 8. Derecho a lo salvaje del juego para construir un refugio en el bosque, a tener que ocultar las cañas, árboles para trepar, derecho al silencio escuchando el murmullo del viento, los pájaros, el agua burbujeante. 10. Derecho a las sombras para ver la salida del sol y su entorno, para admirar en la noche, la luna y las estrellas.
Devuelve a tu hijo el derecho de gozar. Apaga sus dispositivos y enseñale a disfrutar de estas otras fascinantes experiencias existenciales. Entre las personas, entre la naturaleza, entre lo que habita en medio de los rayos del sol y el aroma del césped.