800 almas perdidas en Haití y la gente postea fotos de sus perros, la selfie de la fiesta de anoche, lo linda que le salió la torta que horneó para el té. No hay cadenas de rezos ni banderitas, ni comentario alguno, ni empatía, ni dolor.
Si estas muertes sucedían en Florida estaríamos todos profundamente tristes y en estado de shock, y el mundo movilizado hablando de esto, enviando ayuda, prendiendo velas, haciendo cadenas de oración.
Esta es una prueba más que los desprevilegiados que habitan este planeta son deshumanizados e invisibles para el resto que nos creemos algo más porque conocemos el olor del papel billete.
Este mundo apesta de doble moral y paradojas, apesta de despiadadas injusticias, apesta de un nivel alarmante de insensibilidad y apatía, apesta por el desprecio genuino que existe por los más pobres de los más pobres y sobre todo apesta de un altísimo nivel de estupidez humana. Mis posts sobre el drama del maltrato infantil logran juntar 500 likes. El post para un un sorteo de anteojos de marca 9000!. (NUEVE MIL!), y tantos otros ejemplos...
Que alcance la misericordia de Dios para perdonar tanta tibieza en nuestros corazones. Tanta idiotez.
Esta es una foto de unos niños haitianos. Tal vez ya no estén vivos. Por muchos como ellos, por cada alma perdida, oremos al Señor.
Educa a tu hijo en la espiritualidad para que conviertan a este mundo en un lugar más íntegro, más equitativo, menos materialista, menos egoísta, menos frívolo e insustancial. Al menos, no los cries en la vanalidad y la superficialidad, con un corazón duro y ciego inhabilitado para percibir las necesidades de los demás. Enseñales que no hay mérito por amar a los de uno, que el mérito está cuando nuestro amor trasciende océanos, clases sociales, colores de piel, religiones, culturas y costumbres y se dona al servicio de los demás.
Enseñales que la única riqueza que se llevarán cuando se vayan de este mundo son las contadas veces que usaron sus dones y talentos para ayudar, servir, acompañar, sostener, contener, alimentar, abrigar, alegrar, escuchar, y todos los verbos incluídos en el verbo madre AMAR.
Yo agregué esta oración de Etienne de Grellet a mis rezos de la noche hace unos años para nunca olvidarme del verdadero propósito que debo perseguir en mi vida. Tal vez enseñarles a nuestros hijos desde pequeños con sus manitas juntas a decirlas por las noches antes de dormir luego de sus oraciones podrá ser el simple y diminuto acto que transforme nuestro planeta para siempre.
Dice así: "Pasaré sólo una vez por esta vida, por lo tanto, cualquier bien que pueda hacer o cualquier bondad que pueda mostrar hacia cualquier criatura, la haré ahora, porque no pasaré de nuevo por este camino".
Namaste,
Lic. M. Valeria Couture De Troismonts
Proyecto De Zero